17/12/09

relatos que construyen obsesiones

Cuando tenia 23 años mi padre trabajando en el puerto tuvo un accidente. Pisando una tabla flojo hizo caer soda cáustica sobre sus ojos. La única acción posible para contrarrestar la quemadura química es verter leche u otro liquido que no sea agua sobre la zona afectada. La leche cuajo inmediatamente en el rostro levantando temperatura. Así de camino al hospital cargo con una costra por venda.
Para ese entonces era un bebé viviendo con mi madre cerca de mi malvada familia paterna en Gral. Rodriguez. Pero este episodio se contó muchisimas veces hasta que sumado a otras obsesiones tomo una forma cada vez mas detallada.

1 comentario:

Aguia de suceso dijo...
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